Queda poco para que comience aplicarse el Plan Bolonia en la UPV/EHU. Un reorganización de la enseñanza universitaria no libre de polémica, sobre todo entre el alumnado. Algunos pensarán que el proceso de adaptación se ha terminado y que no hay nada más que hacer. Nada más lejos de la realidad. La adaptación al Espacio Europeo de Educación Superior no supone un reajuste de los títulos al mercado como han querido dar a entender algunas asociaciones estudiantiles. Todo lo contrario. Supone un cambio integral del sistema educativo. Desde el acceso a la Universidad hasta el programa de becas para el estudio pasando por el sistema de docencia del profesorado. No abordar estos aspectos supondría traicionar su propósito.
Sin embargo, al contrario de lo que muchos piensan, Bolonia comienza a partir de 2010. Es una oportunidad para adaptar el sistema educativo a las nuevas necesidades de los jóvenes. Sí, de los jóvenes, no de las empresas ¿Quién podía comenzar una carrera y trabajar al mismo tiempo sin dejar asignaturas para el curso siguiente? ¿Cuántas quejas hacemos al actual sistema porque las carreras son demasiado teóricas? Bolonia es una oportunidad para solucionar estos problemas y muchos problemas más que tantos años llevamos quejándonos los universitarios. Dependerá de cómo se aplique.
Es cierto que desde las instituciones, políticas y académicas, no se ha informado o por lo menos no han sabido llegar a nosotros. Tampoco se ha fomentado nuestra participación en aquellos órganos donde se decidía por parte de la UPV/EHU. Quizá ello haya ayudado a que se generalizase un miedo patente a la nueva adaptación. Falta mucho trabajo por hacer y el alumnado debe empezar a tomar parte en esas decisiones. Pero para ello hará falta una inversión decidida por mejorar las infraestructuras pero sobre todo la calidad docente.
Entre otras novedades, a partir de ahora, todas las titulaciones tendrán una Comisión de Plan que analizará sus contenidos de forma periódica y es ahí donde el alumnado debe participar activamente. Pero participar no es tener voz en las reuniones. Significa algo más. Se nos debe informar pero también formar para que tengamos criterio. Del mismo modo que es importante una representación equilibrada entre sectores. El alumnado no exige un puesto simbólico, solicita tener información e influencia en la toma de decisiones. Y no como se han llevado acabo el diseño de ciertas titulaciones.
Sin embargo, el mayor cambio debe producirse en el profesorado actual. Con el Espacio Europeo no vale sólo la clase magistral. Desde el 2010 el profesorado debe conocer al alumnado haciéndole participe de su enseñanza. Ello no supone sobrecargar al alumnado de trabajos como está sucediendo actualmente. Debe ser una evaluación objetiva pero personalizada. Debe ser una enseñanza teórica-práctica donde aprendamos a poner en práctica los conocimientos aprendidos al contrario que ahora. Solicitud muy extendida por nuestro sector.
Por ello, debemos dar un voto de confianza a este proceso y al mismo tiempo exigir la necesidad y la garantía de que el alumnado pueda participar de forma decisiva en ese control que se va a establecer a partir de ahora para que la calidad no disminuya. Hace falta, por tanto, una fuerte inversión en el sistema educativo para conseguir todos estos cambios de lo contrario solamente habremos intentado un lavado de cara y al mismo tiempo informar y sobre todo formar al alumnado que participe en todo el diseño. Sino simplemente tendrán una presencia testimonial contradiciendo la filosofía de este proceso.